Porque una cultura sólida de inocuidad alimentaria no se decreta, se construye día a día, con todos y para todos.
El GFSI lo destaca: no se trata solo de cumplir normativas, sino de promover comportamientos, hábitos y actitudes que prioricen la seguridad alimentaria en cada decisión, en cada proceso y en cada persona.
Para que esto ocurra, la participación activa de todos los niveles de la organización es clave. Desde la alta dirección que lidera con el ejemplo, hasta el personal operativo que lleva a la práctica los estándares, cada rol cuenta.
¿Qué elementos no pueden faltar en una estrategia efectiva?
Comunicación constante y clara, que refuerce el “por qué” de cada medida.
Capacitación continua y contextualizada, conectada con las tareas diarias.
Programas de sensibilización adaptados a cada nivel de la organización.
Espacios de retroalimentación y mejora, donde las ideas del equipo se valoren.
Reconocimiento de buenas prácticas, que motive y refuerce comportamientos positivos.
Liderazgo visible, comprometido y coherente con lo que predica.
Cuando las personas comprenden su rol, se sienten valoradas y ven un liderazgo comprometido, la cultura se vuelve parte del ADN organizacional.
El resultado: productos más seguros, consumidores protegidos y una operación más sostenible y competitiva.
En 360 GMS Group acompañamos a las empresas del rubro alimentario en el desarrollo de estrategias reales y medibles para fortalecer su cultura de inocuidad.
Desde diagnósticos hasta planes de acción, trabajamos contigo para generar un cambio que perdure.
